Improvisar no es una buena idea. Si bien ser espontáneo, es algo recomendable, no es bueno ir a tu presentación sin la menor idea de lo que vas hablar. Estudia, investiga, profundiza en el tema, con esto lograras mayor seguridad y estarás mejor preparado para cualquier situación.
Estar bien preparado nunca está de más, ten un fichero o notas con el orden del discurso y los puntos más importantes para así no desviarse del tema y llevar un control.
Generar confianza y atención desde el principio es un punto clave para generar una conexión con el público, preséntate tranquilo y confiado antes las demás personas.
Emplea un ritmo idóneo para facilitar la comprensión del tema y conservar la atención, hablas más lento en momentos clave y utilizar pausas que remarquen palabras o separen ideas. Es necesario elegir un lenguaje adecuado para la audiencia, adecuándose al tema y a los conocimientos del público. Evita muletillas orales (es que, aja, hum, etc.).
Mientras más practiques tu discurso más seguro y cómodo te vas a ir sintiendo, pídele a un familiar o amigo que te escuche.
Se objetivo y breve, no des vueltas o rodeos a lo que quieres decir.Recuerda que las diapositivas no deben de tener mucho texto, apóyate de imágenes y videos, si vas a proporcionar material a la audiencia asegura que este sea visible y entendible.
Si lo que quieres es realmente provocar impacto en la presentación, no olvides aportar parte de tu experiencia o conocimiento personal al discurso, esto hará que tu tema sea más creíble y generará confianza.
¡Lo más recomendable es elegir tres personas entre el público y alternar tu mirada entre ellos, como si tuvieras una conversación casual, esto hará que tengas mucha más seguridad al hablar, y jamás te quedes mirando al suelo!